Ante las nuevas exigencias que el Gobierno impone a la banca para sanear sus balances, se está dando por hecho que bajarán los precios de las viviendas. Efectivamente, parece lógico pensar que a la exigencia de aumentar las provisiones para cubrir eventuales pérdidas en activos inmobiliarios problemáticos desde el 35% en la vivienda terminada, el 65% en la vivienda en promoción y el 80% en el caso del suelo, le seguirá una bajada en los precios de venta de esos activos y por consiguiente también una bajada de los precios de las viviendas de los particulares.
¿Pero realmente esta medida motivará una bajada de precios de la vivienda de particulares en Santander?.
Opino que no. Los particulares ya han bajado los precios de sus viviendas hasta un 30%, ahora le toca a la banca hacer lo mismo. Además, lo que suceda dependerá de cada banco, porque una cosa es que las entidades financieras reduzcan el valor contable de sus viviendas y otra que las saquen al mercado. Y en cualquier caso, si así fuera, lo harían con el producto marginal, el que nadie quiere, y se quedarían con el buen producto en sus balances. Por eso creo que la incidencia en el mercado de la bajada de precios de este tipo de viviendas, es muy limitada, afectará a inmuebles de escasa demanda.
En mi opinión, aunque llega tarde, esta reforma financiera es necesaria ya que el principal objetivo que persigue el Gobierno con el aumento de las provisiones exigidas a los bancos, es conseguir que el crédito fluya, y para ello deben librarse primero del lastre del stock de viviendas acumuladas en sus balances.
Ojala que así sea porque permitirá aumentar la confianza en la solvencia de la banca española y de una vez por todas empezar a reactivar la economía.