El objetivo de un propietario es vender rápidamente su vivienda sacándole el mayor rendimiento económico, pero no siempre es así, el aumento de inmuebles a comercializar, hace que la balanza se descompense a favor del futuro y nuevo propietario que tendrá más mercado donde mirar, comparar precios y calidades. Es decir más competencia para el vendedor, con todo este panorama en el horizonte………
¿Qué puede hacer un propietario para vender su piso de forma más eficaz compitiendo con el resto de propiedades? Pues bien, además de todo lo que resulta lógico, como es un precio atractivo, publicidad en múltiples portales y páginas web y el asesoramiento de un buen profesional inmobiliario, de poco sirve todo esto si la vivienda que ofrecemos como propietarios no resulta atractiva al ojo ni al olfato humano, por tanto…
¿Por qué no dar un paso más? Desde Norte América llega una nueva y más que atractiva opción, el home staging, método implantado ya en las ciudades más cosmopolitas e innovadoras del territorio nacional, como Madrid, Barcelona, Bilbao, etc, con resultados muy buenos, ya ampliamente contrastados y que en Cantabria empieza a florecer.
¿Qué es el Home Staging? Pues algo tan simple como hacer la vivienda más atractiva haciendo cambios en la decoración existente, aportando decoración nueva, una pequeña mano de pintura, e incluso una limpieza en profundidad para conseguir un aroma agradable, pero sobre todo es necesario despersonalizar la vivienda, es decir, descargar la vivienda de objetos personales y darle un «look» acorde a la mayoría de los gustos de la población; no podemos olvidar que existen unos cánones de belleza aplicables también al hogar, hay viviendas que nos encandilan a todos y la nuestra también puede ser una de ellas.
Para ello y como siempre, nada como acudir a los expertos en materia de interiorismo y por pocos euros ponerse manos a la obra para sacarle todo el atractivo a nuestro piso y que sea el elegido, un buen ejemplo de esto lo tenemos en Home Staging Barcelona.
Por si alguna duda queda en el aire sobre la efectividad de dicho método, me gustaría aportar un simpático ejemplo. ¿Acudiría usted a una entrevista de trabajo recién levantado, sin duchar, sin peinar, con el pijama de los años 70, con el aroma del pan que se le ha quemado en la tostadora del desayuno, a pesar de tener una preparación más que holgada para el puesto, buena disposición en el trabajo y toda la voluntad del mundo?…
pues su piso tampoco.